El Golfo de Fethiye es una joya engastada en la costa suroeste de Turquía. Una bahía inmensa, un anfiteatro natural de aguas turquesas salpicado por islas esmeralda. Este es el escenario que aguarda en uno de los últimos paraísos del Mediterráneo. Las puertas de entrada a esta experiencia son Göcek y Fethiye, dos puertos que parecen sacados de una postal.
Göcek, un remanso de paz rodeado de pinos y montañas, es un punto de partida ideal para adentrarse en el laberinto de islas que conforman el golfo. Fethiye, con su vibrante puerto y su cercanía a ruinas licias, ofrece un ambiente más animado, con ecos de un pasado milenario.
Navegar en una goleta tradicional por estas aguas es una experiencia memorable. El suave balanceo del barco, la brisa marina, el sol mediterráneo. El ritmo pausado de la navegación permite descubrir playas de arena blanca, calas escondidas donde el agua adquiere tonalidades imposibles e islas deshabitadas que conservan su belleza salvaje.
Las aguas cristalinas invitan a explorar los fondos marinos, rebosantes de vida. La cubierta del barco es un lugar perfecto para relajarse y dejar que el tiempo se detenga. El Golfo de Fethiye ofrece un contacto íntimo con la naturaleza, una oportunidad para desconectar. Este rincón de la costa turca cautiva con su magia, tanto a quienes buscan aventura como a quienes buscan tranquilidad. En verano, el clima cálido y soleado crea el ambiente perfecto para disfrutar de días inolvidables en este paraíso turquesa.
